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Capitulo 15 Marcus


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— Quiero conseguir algo para cenar antes de que cierren. — Suplicó Blaze.
— Entonces ve. — Dijo Marcus — Yo no tengo hambre.
Blaze y Marcus estaban en Bower's Point, junto con Teddy y Lance, que habían elegido a las dos chicas más feas que Marcus hubiera visto y estaban en el proceso de emborracharlas. Marcus se había molestado por encontrarlos aquí en primer lugar, y luego Blaze había estado acosándolo toda la hora pasada, preguntándole dónde había estado en todo el día.
Tenía la sensación de que ella sabía que tenía que hacer algo con Ronnie, porque Blaze no era estúpida. Blaze supo todo el tiempo que Marcus había estado interesado en ella, lo que explicaba por qué ella había puesto esos Cds en el bolso de Ronnie. Era la perfecta solución para conseguir que Ronnie mantuviera su distancia…, lo que quiere decir que Marcus no tendría la oportunidad de ver a Ronnie tampoco.
Eso lo hizo enojar. Y después de encontrarla aquí, lloriqueando por estar hambrienta y estando a su alrededor y fastidiándolo con preguntas…
— No quiero ir sola. — Ella lloriqueó otra vez.
— ¿No me escuchaste? — Gruñó — ¿Alguna vez has escuchado una sola cosa que he dicho? Dije que no tengo hambre.
— No estoy diciendo que tengas que comer algo… — Masculló Blaze sometida.
— ¿Simplemente te podrías callar?
Eso la detuvo. Al menos por unos minutos, de todas formas. Él podría decir por la forma en que ella estaba poniendo mala cara que quería que él se disculpara por algo. Sí, bueno, eso no iba a suceder.  
Girándose hacia el agua, encendió su bola de fuego, enojado por el hecho que ella seguía aquí. Enfadado porque Teddy y Lance estuvieran aquí, cuando él quería un poco de paz y tranquilidad.
Enojado por el hecho que Blaze hubiera controlado a Ronnie y, sobre todo, enojado de estar enojado con cualquiera de esas cosas. Eso no le gustaba, y odiaba la forma que lo hacía sentir. Él quería golpear algo o a alguien, y cuando echó un vistazo hacia Blaze y la vio haciendo pucheros, ella estaba en el tope de la lista. Se dio la vuelta, deseando poder beber su cerveza y dirigirse a la música y simplemente pensar en privado durante un rato. Sin toda esa gente atestándolo.
Además, él no estaba verdaderamente enojado con Blaze. Infiernos, cuando por primera vez había escuchado lo que ella había hecho, él había sido el tipo amable, pensando que eso podría alisar el camino entre él y Ronnie. Rascas mi espalda, yo rasco la tuya, ese tipo de cosas.
Pero cuando él se lo sugirió a Ronnie, ella había reaccionado como si él tuviera alguna especie de enfermedad, como si ella prefiriera morir a estar cerca de él. Pero él no era del tipo que se daba por vencido, y calculaba que tarde o temprano se daría cuenta de que esa era su única forma de salir de este lío.
Entonces él iría a su casa a una pequeña visita, esperando la oportunidad para hablar. Había decidido que eso atenuaría el acto y, en cambio, escucharía con atención cuando ella hablara sobre la horrible cosa que hizo Blaze. Ellos podrían haber dado un paseo y tal vez terminar bajo el muelle, y entonces lo que sea que ocurriría, ocurriría. ¿Cierto?
Pero cuando él llegó a su casa, Will estaba ahí. De todas las personas, Will, solamente sentado ahí en la duna, esperando para hablar con ella. Y Ronnie eventualmente salió y habló con él. En realidad, ellos parecía que discutían, pero por la forma en que actuaban, había claramente algo entre ellos, lo que lo cabreó también. Porque eso quería decir que ellos se conocían. Porque eso quería decir que ahí había alguna cosa. Lo que quería decir que él la había leído incorrectamente.
¿Y entonces? Oh, esa era la parte incorrecta. Después de que Will se fue, Ronnie se dio cuenta de que ella tenía dos visitantes, no solo uno. Cuando ella lo notó mirándola, él sabía que una de dos cosas iba a ocurrir. Saldría y hablaría con él con la esperanza de conseguir que Blaze dijera la verdad, o actuaría toda asustada como lo había hecho antes y correría dentro. A él le gustaba el hecho de poder asustarla. Lo podía usar a su favor.  
Pero ella no hizo ninguna de esas cosas. En cambio, miró fijamente en su dirección como si dijera, provócame. Ella se quedó de pie en el pórtico, su lenguaje corporal señalando desafiantemente molesta, hasta que ella finalmente volvió dentro de la casa.
Nadie le hacía eso. En especial las chicas. ¿Quién demonios pensaba que era? Pequeño cuerpo delgado o no, no le gustó eso. No le gustó en absoluto.
Blaze interrumpió sus pensamientos.
— ¿Estás seguro de que no quieres venir?
Marcus se giró hacia ella, sintiendo la repentina urgencia de aclarar su mente, calmarse. Él sabía justo lo que necesitaba y quién podía dárselo.
— Ven aquí. — Dijo forzando una sonrisa — Siéntate a mi lado. No quiero que te vayas todavía. 

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