Telefe y Xat

Telefe en vivo

Xat

Capitulo 32 Will


Lee el capitulo 12 de La Última Canción clikando Leer Mas




Will no durmió bien. Durante toda la noche, escuchó a Ronnie sacudiéndose y girándose y caminando por su cuarto. Reconoció el impacto que estaba sintiendo; recordó el entumecimiento y la culpa, la incredulidad y la rabia, después de que Mikel muriera. Los años han apagado la intensidad emocional, pero podía recordar el conflictivo deseo de compañía y la necesidad de estar solo.
Sintió pena por Ronnie y también por Jonah, quien era muy joven para captar algo de esto. Incluso para él mismo. Durante el verano, Steve había sido increíblemente amable con él, como si hubieran estado más en la casa de Ronnie que en la de él. Le gustaba el modo tranquilo en que cocinaba en la cocina y la fácil familiaridad que compartía con Jonah. Frecuentemente los miraba en la playa hacien volar cometas o jugando a capturar olas, o trabajando en la vidriera en tranquila concentración. Mientras que a la mayoría de los padres les gustaba verse como una clase de hombres que hacía ntiempo para sus hijos, para Will lo de Steve era una cosa real. En el corto periodo que lo había conocido, nunca había visto a Steve enojarse, nunca lo había escuchado elevar la voz. Supuso que eso tenía que ver con el hecho de que sabía que se estaba muriendo, pero Will no creía que eso lo explicara todo. El padre de Ronnie era solamente… un buen hombre, en paz con él mismo y con el resto; amaba a sus hijos y, de alguna manera, confiaba en que ellos tomarían las decisiones correctas.
Mientras él estaba tendido en el sofá, pensó que quería ser el mismo tipo de padre algún día. Aunque amara a su padre, no siempre había sido la persona amistosa que Ronnie había conocido. Hay largos periodos de la vida de Will en que difícilmente recordaba haberlo visto mientras trabajaba para expandir su negocio. Agregas la volatibilidad de su madre y la muerte de Mikel, que envió a toda la familia a una depresión durante un par de años, y esos habían sido tiempos en los que él deseó haber nacido en otra familia. Sabía que era afortunado, y era verdad que las cosas estaban mejor últimamente. Pero crecer no había sido todo pasteles y fiestas, podía recordarse queriendo una vida diferente.
Pero Steve era una clase completamente diferente de padre.  
Ronnie le había dicho que él se había sentado con ella durante horas mientras aprendía a tocar el piano, pero durante todo el tiempo en que él había estado en casa, nunca había escuchado a Steve hablar de eso. Ni siquiera lo había mencionado de pasada y, aunque al principio Will pensara que era extraño, comenzó a ver como un poderoso indicador de su amor por Ronnie. Ella no quería hablar sobre el tema, así que no lo hizo, incluso aunque fuera parte importante de su vida juntos. Él incluso subió a la alcoba porque ella no quería que se lo recordaran.
¿Qué clase de persona haría eso?
Solo Steve, un hombre por el cual había crecido para admirar, un hombre del que había aprendido, y la clase de hombre que él mismo esperaba ser cuando creciera.
Se despertó con la luz solar que entraba por las ventanas de la sala de estar, y se estiró antes de ponerse de pie. Asomándose por el pasillo, vio que la puerta de la habitación de Ronnie estaba abierta, y supo que ya estaba despierta. La encontró en el porche, en el mismo lugar que la noche anterior. Ella no se volvió.
— Buenos días. — Le dijo.
Sus hombros se hundieron mientras se giraba hacia él.
— Buenos días. — Dijo ella, dándole la más tenue de las sonrisas. Abrió sus brazos, y él la envolvió con los suyos, agradeciendo el abrazo — Siento lo de anoche. — Dijo ella.
— No hay razón para que lo lamentes. — Él acarició su cabello — No hiciste nada malo.
— Mmmm. — Dijo ella — Pero gracias de todas formas.
— No te oí levantarte.
— Estoy despierta desde hace un rato. — Ella suspiró — Llamé al hospital y hablé con mi padre. Aunque él no dijo mucho puedo decir que aún siente mucho dolor. Cree que ellos podrían mantenerlo ingresado un par de días después de terminar las pruebas.
En casi cualquier otra situación él le hubiese asegurado que todo estaría bien. Pero en este caso, ambos sabían que las palabras no significarían nada. En cambio, él se inclinó, descansando su frente sobre la de ella.  
— ¿Fuiste capaz de dormir? Te escuché paseándote toda la noche.
— No realmente. Al final me fui a dormir con Jonah, pero mi cerebro simplemente no se callaba, pero no solamente por lo que está pasando con mi padre. — Hizo una pausa
— También por ti, te irás en un par de días.
— Ya te dije que puedo posponerlo. Si necesitas que me quede, yo…
Ella negó con la cabeza.
— No quiero que lo hagas. Vas a comenzar todo un nuevo capítulo en tu vida, y no puedo quitarte eso.
— Pero no tengo que ir ahora. Las clases no empiezan hasta…
— No quiero que lo hagas. — Dijo nuevamente. Su voz era suave pero implacable — Vas a ir a la universidad, y éste no es tu problema. Sé que tal vez suene duro, pero es verdad. Él es mi padre, no el tuyo, y eso nunca va a cambiar. Y no quiero pensar a lo que podrías estar renunciando, además de todo lo que está pasando en mi vida. ¿Puedes entenderlo?
Sus palabras tenían un tono de verdad, incluso aunque deseara que ella estuviera mal. Después de un momento, él desató su brazalete de macramé y se lo pasó.
— Quiero que tengas esto. — Susurró y, por su expresión, pudo decir que ella entendía lo mucho que significaba para él que lo aceptara.
Ella mostró una rápida sonrisa y cerró su mano alrededor de éste. Él pensó que estaba a punto de decir algo cuando ambos oyeron la puerta del taller abrirse repentinamente. Por un instante, Will pensó que alguien había irrumpido. Pero entonces vio a Jonah torpemente cargando una silla rota hacia fuera. Con un enorme esfuerzo, la levantó y la lanzó a una duna al lado del taller. Incluso desde esa distancia, Will pudo ver furia en la expresión de Jonah.
Ronnie ya estaba saliendo del porche.
— ¡Jonah! — Gritó mientras corría.  
Will fue detrás, chocando con ella cuando alcanzaba la puerta del taller. Mirando tras ella, vio a Jonah tratando de empujar un pesado cajón por el suelo. Estaba luchando fuertemente, ajeno a su repentina aparición.
— ¿Qué estás haciendo? — Lloró Ronnie — ¿Cuándo viniste aquí? — Jonah continuó empujando el cajón, gruñendo por el esfuerzo — ¡Jonah! — Gritó Ronnie.
Su llanto rompió su concentración, y se giró hacia su hermana y Will, sorprendido por su presencia.
— ¡No puedo alcanzarlo! — Gimió enojado, al borde del llanto — ¡No soy lo suficientemente alto!
— ¿Qué es lo que no puedes alcanzar? — Preguntó ella antes de dar un paso adelante
— ¡Estás sangrando! — Dijo ella, aumentando el pánico en su voz.
Will notó sus vaqueros rasgados y la sangre en la pierna de Jonah mientras Ronnie se le acercaba rápidamente. Conducido por sus propios demonios, Jonah empujó frenéticamente el cajón, y la esquina de la caja chocó contra una de las repisas.
La criatura mitad ardilla mitad pez se cayó encima de Jonah justo cuando Ronnie lo alcanzaba.
Su cara era apretada y roja.
— ¡Iros! ¡Puedo hacer esto solo! ¡No os necesito! — Gritó.
Él trato de mover el cajón nuevamente, pero estaba enganchado con la repisa, atrapado en el lugar. Ronnie trató de ayudarlo, pero Jonah la apartó. Para entonces, Will podía ver las lágrimas en sus mejillas.
— ¡Te dije que te fueras! — Le gritó — ¡Papá quiere que termine la ventana! ¡Yo! ¡No tú! ¡Eso es lo que estuvimos haciendo todo el verano! — Sus palabras salieron en sollozos rotos, enojado y aterrado — ¡Esto es lo que hicimos! ¡Lo único que te importó fueron las tortugas! ¡Pero yo estaba con él todos los días! — Mientras gritaba a través de sus lágrimas, su voz se rompió — ¡Y ahora no puedo alcanzar la parte del medio de la ventana! ¡Soy muy bajo! Pero tengo que terminarla porque, si la termino, tal vez papá se ponga mejor, así que traté de usar la silla para alcanzarla, pero se rompió, y caí en el cristal y me enojé, y después quise usar el cajón, pero es muy pesado…  
Para entonces, él apenas podía encontrar las palabras. Entonces se balanceó hacia atrás y cayó al suelo. Agarrando sus rodillas con sus brazos y bajando su cabeza, comenzó a sollozar, sus hombros convulsionándose.
Ronnie tomó asiento en el suelo a su lado. Ella deslizó un brazo sobre su hombro y lo acercó a ella mientras él continuaba llorando. Mientras Will miraba, podía sentir un bulto en la parte posterior de su garganta, sabiendo que él no pertenecía ahí.
Aún así, se quedó mientras Ronnie sostenía a su hermano mientras lloraba, no tratando de callarlo o de asegurarle que todo estaría bien. Sólo lo sostenía en silencio mientras sus sollozos comenzaban a cesar. Finalmente él miró arriba, sus ojos rojos tras sus gafas, su rostro manchado con lágrimas.
Cuando Ronnie habló, su voz era suave, tan gentil como siempre la había escuchado.
— ¿Podemos ir a la casa durante unos pocos minutos? Sólo quiero revisar tu pierna.
La voz de Jonah aún estaba temblorosa.
— ¿Qué pasará con la vidriera? Tiene que ser terminada.
Ronnie miró a los ojos de Will y volvió la mirada a Jonah.
— ¿Podemos ayudar?
Jonah sacudió su cabeza.
— No sabéis cómo.
— Enséñanos.
Después de que Ronnie limpiara la pierna de Jonah y le pusiera algunas tiritas, les guió de vuelta al taller. La vidriera estaba casi completa, todos los detalles de las caras estaban finalizados, y las barras reforzadas ya estaban en su lugar. El trabajo que quedaba consistía en poner las piezas para formar un celestial brillo en el cielo.
Jonah le mostró a Will cómo cortar las bandas de plomo y le enseñó a Ronnie cómo soldar; Jonah cortó el vidrio como lo había estado haciendo casi todo el verano, y lo  
deslizó en las bandas de plomo antes de hacerle espacio a Ronnie para colocar las piezas en su lugar.
El taller era caluroso y pequeño, pero eventualmente los tres entraron en ritmo. A la hora del almuerzo, Will salió para conseguir unas hamburguesas y una ensalada para Ronnie; tomaron un breve descanso mientras comieron, pero volvieron pronto a su trabajo. Cuando la tarde avanzó, Ronnie llamó al hospital tres veces, solo para saber si padre se estaba haciendo pruebas o durmiendo, pero estaba bien.
Al anochecer, habían terminado la mitad del trabajo; las manos de Jonah estaban comenzando a cansarse y tomaron otro descanso para comer antes de mover algunas lámparas de la sala de estar para agregar luz adicional al taller.
La oscuridad cayó, y Jonah estaba bostezando con mucha frecuencia a las diez. Cuando entraron para relajarse unos minutos, Jonah se durmió casi inmediatamente. Will lo llevó a su habitación y lo puso en su cama. Para cuando regresó a la sala de estar, Ronnie ya estaba de vuelta en el taller.
Will se encargó de cortar los cristales; había visto a Jonah hacerlo todo el día y, aunque cometió algunos errores al principio, rápidamente se las arregló.
Trabajaron toda la noche, y para cuando empezó a amanecer, ambos estaban muertos de cansancio. En la mesa de enfrente tendieron la ventana completa. Will no estaba seguro de cómo se sentiría Jonah al saber que no estuvo ahí para terminar las piezas finales, pero pensó que Ronnie sabría cómo tratarlo.
— Parecéis como si hubieseis estado despiertos toda la noche. — Dijo una voz detrás de ellos.
Volviéndose, Will vio al Pastor Harris parado en la entrada. El Pastor Harris estaba apoyado en su bastón. Estaba usando un traje —probablemente para el domingo en su servicio de la iglesia— pero Will notó unas horribles cicatrices en el dorso de la mano, y supo inmediatamente que se extendían por sus brazos. Recordando el fuego en la iglesia y el secreto que ha guardado todos estos meses, encontró imposible mirar a los ojos del pastor.
— Hemos estado terminando la ventana. — Dijo Ronnie con la voz ronca.
El Pastor Harris se acercó a la ventana.
— ¿Puedo?  
Ronnie asintió.
— Por supuesto.
El Pastor Harris entró al taller, moviéndose lentamente. Su bastón golpeaba contra el suelo de madera mientras se acercaba. En la mesa, su expresión cambió de curiosidad a asombro. Apoyándose en su bastón, recorrió su callosa y cicatrizada mano sobre la vidriera.
— Es increíble. — Él respiró — Es más hermosa de lo que hubiera imaginado posible.
— Mi padre y Jonah hicieron todo el verdadero trabajo. — Dijo Ronnie — Nosotros sólo ayudamos a terminarla.
Él sonrió.
— Tu padre estaría muy complacido.
— ¿Cómo ha ido la iglesia? Sé que a mi padre le encantaría ver la ventana en su lugar.
— De tu boca a los oídos de Dios. — Se encogió de hombros — La iglesia no es tan popular como alguna vez fue, así que no hay muchos miembros. Pero tengo la impresión de que funcionará. — Por su expresión ansiosa, Will supo que Ronnie se preguntaba si la ventana sería instalada a tiempo. Pero tenía miedo de preguntar — En todo caso, tu padre está mejor. — Dijo el Pastor Harris — Debería salir del hospital pronto, y tú deberías ser capaz de visitarlo esta mañana. No le echaste mucho de menos ayer. Estuve casi todo el día sentado en su habitación solo mientras le hacían sus pruebas.
— Gracias por estar con él.
— No, cielo. — Dijo. Él miró a la ventana nuevamente — Gracias a ti.
El taller estaba tranquilo mientras el Pastor Harris se iba. Will lo vio irse, incapaz de sacarse la imagen de las cicatrices de su cabeza.
En el silencio, estudió la ventana, golpeado por el trabajo necesario para hacer una nueva, una ventana que no debería ser remplazada. Pensó en las palabras del pastor y en la posibilidad de que el padre de Ronnie quizás no viviera para ver la ventana instalada.  
Ronnie estaba perdida en sus propios pensamientos cuando él se volvió a mirarla. Sintió colapsar algo en su interior, como un castillo de naipes.
— Hay algo que debo decirte.
Una vez sentados en la duna, Will le contó todo desde el principio. Cuando terminó, Ronnie parecía confundida.
— ¿Estás diciendo que Scott inició el fuego? ¿Y que tú lo has estado protegiendo? — Su voz sonó con incredulidad — ¿Has estado mintiendo por él?
Will sacudió su cabeza.
— No es de ese modo. Te dije que fue un accidente.
— Eso no importa. — Los ojos de Ronnie buscaron los suyos — Accidente o no, él necesita hacerse responsable por lo que hizo.
— Lo sé. Le dije que fuera a la policía.
— ¿Pero qué si no lo hace? ¿Vas a seguir encubriéndolo para siempre? ¿Dejar que Marcus siga controlando tu vida? Eso está mal.
— Pero él es mi amigo…
Ronnie saltó sobre sus pies.
— ¡El Pastor Harris casi muere en ese incendio! Pasó semanas en el hospital. ¿Sabes lo dolorosas que son las quemaduras? ¿Por qué no le preguntas a Blaze cómo se siente? Y la iglesia… sabes que él ni siquiera puede reconstruirla… ¡y ahora mi padre nunca ver{ la ventana donde en su lugar!
Will sacudió su cabeza, tratando de mantenerse calmado. Podía ver que esto era demasiado para Ronnie…, su padre, su inminente partida, su cita con el tribunal de justicia.
— Sé que estuvo mal. — Dijo él tranquilamente — Y me he sentido culpable por eso. No podría decirte cuántas veces he querido ir a la policía.  
— ¿Y qué? — Demandó ella — ¡Eso no significa nada! ¿No me escuchaste cuando te hablé sobre admitir en el tribunal de justicia lo que había hecho? ¡Porque yo sabía que lo que había hecho estaba mal! La verdad sólo significa algo cuando es difícil de admitir. ¿No lo entiendes? Esa iglesia era la vida del Pastor Harris, ¡era la vida de mi padre! Y ahora se ha ido, y el seguro no cubrirá el daño y ellos tienen que hacer los servicios en el almacén…
— Scott es mi amigo. — Él protestó — No puedo simplemente… tirarlo a los lobos.
Ella parpadeó preguntándose si él escuchaba lo que estaba diciendo.
— ¿Cómo puedes ser tan egoísta?
— No estoy siendo egoísta…
— Eso es exactamente lo que eres, y si no puedes entender eso, entonces no quiero hablar contigo. — Dijo ella. Se volvió y comenzó a caminar hacia la casa — ¡Solo vete! ¡Déjame!
— ¡Ronnie! — Él la llamó, tratando de seguirla.
Ella sintió su movimiento y giró para mirarlo.
— Se acabó, ¿de acuerdo?
— No, no se acabó, vamos… sé razonable…
— ¿Razonable? — Ella agitó sus manos — ¿Quieres que sea razonable? ¡No has estado mintiendo solo para Scott, me has estado mintiendo a mí también! ¿Sabías por qué mi padre hacía la ventana! ¡Estuviste de pie directamente a mi lado y nuca dijiste nada sobre esto! — Sus palabras parecían clarificar algo en su mente, y dio otro paso hacia atrás — ¡No eres quien yo pensaba! ¡Pensaba que eras mejor que esto! — Él se estremeció, incapaz de pensar en una respuesta, pero cuando dio un paso adelante, ella retrocedió — ¡Vete! De todos modos te irás, y nunca nos veremos otra vez. El fin del verano siempre llega, podemos conversar y pretender todo lo que queramos, pero no podemos cambiar las cosas, así que sólo termínalo aquí, ahora. No puedo aguantar todo esto ahora mismo, y no puedo estar con alguien en quien no confío. — Sus ojos brillaban con lágrimas no derramadas — No confío en ti, Will. Necesitas irte. — Él no se pudo mover, no podía hablar — ¡Vete! — Ella gritó y corrió a de vuelta a casa.  

Esa noche, su última noche en Wrightsville Beach, Will se sentó en el estudio, aún tratando de darle sentido a todo lo que había pasado. Levantó la mirada cuando su padre entró.
— ¿Estás bien? — Preguntó Tom — Estabas un poco callado en la cena.
— Sip. — Respondió Will — Estoy bien.
Su padre se movió al sofá y tomó asiento frente a él.
— ¿Estás nervioso por dejarnos mañana?
Will sacudió la cabeza.
— No.
— ¿Empaquetaste todo? — Will asintió y sintió a su padre estudiándolo. Se inclinó hacia delante — ¿Qué está pasando? Sabes que puedes hablar conmigo.
Will se tomó su tiempo antes de responder, repentinamente nervioso. Finalmente, miró a los ojos de su padre.
—Si te pidiera que hicieras algo importante por mí, algo grande, ¿lo harías? ¿Sin hacer preguntas?
Tom volvió a su lugar, aún estudiándolo, y en el silencio, Will supo cuál sería su respuesta.  

0 personas comentaron esta nota:

Publicar un comentario

Share

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More